Sin embargo, el sueño de Feder se desvaneció cuando se dio cuenta que mientras todos sus amiguitos tenian tres hojas, él tenia cuatro. ¿Por qué soy diferente? ¿por qué no puedo ser como los demás?
Feder preguntó y preguntó a todos sus amigos, pero nadie sabia contestarle, nadie tenía respuestas para Feder.
El tiempo pasaba y Feder iba creciendo; sus amigos, poco a poco, iban dejandole a un lado ¡El no era como el resto! Era un trebol diferente, un trebol raro.
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